El partido en el que Racing Club le ganó por 2 a 0 a Temperley tuvo como protagonista excluyente a Diego Milito en su despedida.
Lo acompañó el equipo, que dominó desde el inicio; lo acompañó la gente, que no dejó vacíos inexplicables en el Cilindro de Avellaneda. Lo acompañó, también, el destino: en la madrugada fue padre por tercera vez con el nacimiento de su segunda niña, a la que con su mujer, Sofía, llamaron Morena.
El gol de Milito llegó de penal a los 17 minutos; luego, el segundo gol, de Romero, que tomó el rebote de un penal que Crivelli le tapó al 'Príncipe'.
En el minuto 22, a propósito del número que llevó siempre Milito en su espalda, se desplegaron en distintos sectores de la cancha banderas con su nombre, llovieron papelitos, estallaron máquinas lanza-humo. Avellaneda se llenó de aplausos, ovaciones y lágrimas.
Para cerrar el cuento con el final perfecto quedó un dato (lo que resalta también el penal convertido, y el errado): desde su regreso a la 'Academia', Milito hizo 22 goles.
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