Guillermo Alemán sabe que la magia no existe, eso lo sabe hasta el más inocente, todo lo que se hace son trucos, y esos cuestan.
“Hay trucos asombrosos como el de la moneda que parece que se parte, pero en realidad no lo hace, sino que tiene una liga en el centro que hace que se vire. El profe nos vendía ese truco por 5 cuc. Otros los vendía a un precio superior y yo no tenía posibilidades de pagarlos. Entré a la escuela a aprender, no a gastar dinero”.
“Yo amaba la magia, aún lo hago. No sé en qué condiciones esté la escuela ahora, si los precios han variado, para bien o para mal, pero yo sentía que en aquel momento me estaban estafando. Pero mi consejo es que si te gusta la magia, disfrútala, y trata de intentarlo”.