Tuesday, 23 September, 2025г.
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Japón el fin de los Samurái

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El Período Edo, también conocido como periodo Tokugawa se extiende desde 24 de marzo de 1603 hasta 3 de mayo de 1868. El periodo delimita el gobierno del shogunato Tokugawa. Tokugawa Ieyasu, el principal beneficiado de los logros de reunificación del país de Oda Nobunaga y de Hideyoshi Toyotomi venció a los daimyō del oeste en la Batalla de Sekigahara en el año 1600 dandole el dominio casi total de Japón. Se estableció en Edo (hoy Tokio) y creó un sistema de dominio mediante un estricto control sobre otros daimyo, Ieyasu instaló a su hijo Tokugawa Hidetada bajo el título de shōgun y se nombró a sí mismo como shōgun retirado en 1605. El periodo Edo trajo a Japón 250 años de estabilidad. El shōgun gozaba de la autoridad nacional mientras que los daimyo la autoridad regional. Los Tokugawa no sólo consolidaron su control sobre el reunificado Japón, sino que también gozaban de un poder sin precedentes sobre el emperador, las cortes y órdenes religiosas. El emperador sólo daba su aprobación como última opción en los asuntos políticos del país, sin embargo los Tokugawa ayudaron a que la familia imperial regresara a sus días de gloria reconstruyendo sus palacios y asegurándoles nuevas tierras. Se establecieron una serie de códigos legales para regular las propiedades de los daimyo. Este código contemplaba además normas de conducta, matrimonios, vestimenta, tipo de armas, número de tropas que los daimyo podían poseer, se estableció el sistema sankin kōtai en el que se estipulaba que las familias de los daimyo debían de residir en Edo, además de que los daimyō debían permanecer en Edo por un año y al siguiente año en su provincia. Para la década de 1830 existía un sentimiento generalizado de crisis, La hambruna y los desastres naturales tuvieron grandes consecuencias en la población. Algunos consejeros del shogun creían que la solución residía en el regreso al espíritu marcial, imponer más restricciones al comercio extranjero, suprimir el rangaku, censurar la literatura y eliminar los “lujos” del gobierno y de la clase samurái. La oposición vio la oportunidad de terminar con los Tokugawa y utilizaron la bandera política del sonnō jōi (“Reverenciar al emperador, expulsar a los bárbaros”), el cual llamaba a la unidad bajo el mandato imperial y se oponía a la intrusión de extranjeros. La preocupación del bakufu aumentó al conocer de los logros de los occidentales en establecer enclaves coloniales en China, por lo que se implementaron más reformas para tratar de fortalecer el país en contra de la amenaza extranjera.
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